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Símbolos del Sagrado Corazón de Jesús

  • Cruz: Es el signo de nuestra redención, del sacrificio máximo de amor por cada uno de nosotros para darnos la salvación.

  • Corona de espinas: Es el símbolo de la humillación que se convirtió en gloria y también representa el sufrimiento y la agonía de Jesús en su Pasión y Muerte.

  • Fuego: Son llamas de amor vivo, que indican que el Corazón de Jesús arde de amor por cada uno de nosotros.

  • Una llaga abierta: El costado de Jesús fue traspasado en la Cruz y de su Corazón brotó sangre y agua. Un corazón del que nace el infinito amor y misericordia de Dios, y también la Iglesia, pues el agua representa el bautismo y la sangre la Eucaristía.

Símbolos Inmaculado Corazón de María

  • Rosas blancas: Representan la Inmaculada Concepción y la pureza virginal de María.

  • Espada: Representa la profecía que le fue dada a la Virgen durante la presentación de Jesús en el templo: «Una espada te atravesará el corazón», que fue la advertencia de los dolores que padecería ante el sufrimiento de su Hijo.

  • Fuego: Las llamas son símbolo del amor por Dios y también por cada uno de nosotros.

7 DATOS SOBRE LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

¿Conoces todo sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús? Estos 7 datos te ayudarán a entender por qué es tan venerado y honrado por millones de católicos.

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1. SU DÍA COINCIDE CON LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN POR LOS SACERDOTES

San Juan Pablo II, que tenía gran devoción por el Sagrado Corazón de Jesús, ordenó que el día de su fiesta se realice la Jornada Mundial de Oración por la Santificación por los Sacerdotes. También declaró la fiesta del Inmaculado Corazón de María como obligatoria para toda la Iglesia.

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2. LA FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA SE CELEBRA AL DÍA SIGUIENTE

El Papa Pío XII estableció en 1944 que la fiesta del Inmaculado Corazón de María se celebre al día siguiente de la del Sagrado Corazón de Jesús, ya que ambos corazones son inseparables.

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3. VARIAS ENCÍCLICAS HABLAN DEL CORAZÓN DE JESÚS

En 1856, a partir de la extensión oficial para toda la Iglesia de la fiesta del Sagrado Corazón, se escribieron las siguientes encíclicas sobre esta devoción: “Annum Sacrum” con León XIII, “Miserentissimus Redemptor” de Pío XI y “Haurietis Aquas” por Pío XII.

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4. SU HIMNO MÁS ANTIGUO SE LLAMA “SUMMI REGIS COR AVETO”

“Summi Regis Cor Aveto” es el himno clásico al Sagrado Corazón de Jesús, que expresa un saludo solemne al corazón del rey altísimo, tomando un sentido bíblico profundo. Se considera obra de San Herman Joseph, un místico proveniente de Colonia, Alemania.

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5. SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE RECIBIÓ REVELACIONES SOBRE ESTA DEVOCIÓN

Cuando tenía 4 años, Santa Margarita rezó inspirada al Señor, diciendo: “Oh Dios Mío, os consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad”.  Ya siendo religiosa, con 26 años, recibió un mensaje de Jesús mientras rezaba ante el Santísimo Sacramento.

“Te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares”, fue el mensaje.

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6. OTROS SANTOS TAMBIÉN TUVIERON VISIONES DEL SAGRADO CORAZÓN

Otros santos que han tenido visiones sobre el Corazón de Jesús son: Santa Lutgarda, Santa Matilde, Santa Angela de Foligno, Santa Juliana de Norwich, Santa Verónica Giuliani.

 

7. ES UNA TRADICIÓN MUY ANTIGUA

La tradición apostólica del Corazón de Cristo proviene desde los primeros tiempos. San Agustín, Padre y Doctor de la Iglesia, un día escribió que San Juan, que reclinó la cabeza sobre el pecho de Cristo en la última cena, bebió de los “secretos sublimes de las profundidades más íntimas del Corazón de Nuestro Señor”. VN

misterio de amor

San Juan Pablo II decía que “esta fiesta recuerda el misterio del amor que Dios alberga por los hombres de todos los tiempos”.

Junio es el mes en el que los católicos debemos demostrar más que nunca, a través de nuestras acciones, el amor que le tenemos a Jesús.

Es la manera de agradecerle y honrarle ese amor ardiente, infinito, generoso y fiel hacia nosotros, uno que incluso hizo que sacrificara su propia vida.

El papa Francisco dijo:

“Pidamos al Señor que haga latir nuestro corazón con el suyo: que lo purifique de todo lo terrenal, de todo lo que es orgullo y desorden, de todo lo que es insensible; que lo llene de Él, para que en su amor y en el temor a Él nuestro corazón encuentre la paz”.

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